Mañana se conmemora el 25º aniversario de la caída del Muro de Berlín. Sin temor a las paradojas fue denominado por sus constructores como Muro de Protección Antifascista, aunque en Occidente se lo conoció -mucho más acertadamente- como Muro de la Vergüenza. Formó parte de las fronteras internas de Alemania durante 28 años por decisión de la República Democrática Alemana (RDA) y como intento de poner un límite al masivo éxodo que ciudadanos de Alemania Oriental emprendían hacia la República Federal Alemana (RFA) a través de Berlín. Su caída implicó el desmoronamiento final de la URSS y de los regímenes de aquellos países que habían adherido al Pacto de Varsovia. La puerta de Brandenburgo será seguramente el epicentro de los festejos por ser ésta un emblema de la unión entre los alemanes. ¿Tendremos los argentinos un símbolo de tamaña importancia como para que nos oriente durante los próximos años? Continuar leyendo