Porque dicen “Memoria”
pero quieren amnesia,
y cuando dicen “Verdad”
son mentiras aviesas.
Fragmento de “Memoria y Verdad”
letra de rock incluida en la novela
NN y los del Fálcon Verde
Para muestra de lo que podría esperarse del país si quedara definitivamente en manos de la izquierda, las amenazas volvieron a pavonearse por las calles de Bahía Blanca impidiendo la libre expresión de las ideas. Faltos de argumentos, sindicalistas kirchneristas y otros intolerantes aglutinados en la la CTA, el Partido Comunista, la Asociación de Docentes de la Universidad Nacional del Sur, organizaciones varias de lucrantes con los derechos humanos y la tuerta Comisión de Apoyo a los Juicios de la desmemoria lograron concretar un acto de censura impidiendo la presentación del libro Cuando el relato es una FARSA. La respuesta a la mentira kirchnerista, escrito por Nicolás Márquez y Agustín Laje. Desde luego la gira programada por los autores no se detendrá.
Queda claro que la verdad y la memoria que pregona el kirchnerismo, a dúo con la izquierda y el acompañamiento en coro de la progresía, no es otra cosa más que la amnesia selectiva para la imposición de mentiras aviesas. La verdad es algo con lo que los fenicios de las guerrillas muertas no pueden lidiar, frente a ella emergen sus instintos naturales como un acto reflejo: violencia para acallar al otro. Nunca fueron otra cosa. Por esta vez se salieron con la suya, las amenazas de reprimendas posteriores a cualquiera que pudiera ofrecer un salón para la presentación del libro lograron su efecto intimidante. Un triunfo pasajero, sin duda, como todos aquellos de los que se vanagloriaron antaño; e igual de espurio.
La victoria, una vez más, corresponde a la derecha. Está escrito en sangre que aquí no podrán, el destino de la Nación Argentina no es caer de rodillas bajo una dictadura como la que oprime al pueblo cubano. Si el texto de Márquez y Laje al tirar de los hilos de la mentira kirchnerista deshilacha el relato, la iracundia violenta de los que quieren impedir su difusión nos muestra (sin careta democrática) la cara del totalitarismo. Por eso no voy a repudiar este acto de censura, al contrario, felicito a Nicolás Márquez y Agustín Laje por haberlo provocado. ¡En hora buena! Y que vengan muchos más. El futuro es nuestro.