Combustible subsidiado: un lujo que los pobres no pueden permitirse

El sufrimiento de Venezuela muestra por qué los subsidios a los combustibles deben acabarse (y por qué ahora es el momento perfecto). Esta semana, Venezuela aumentó el precio de la gasolina seis mil por ciento, la primera vez que el país ha aumentado los precios del combustible en dos décadas.

Después de un aumento tan drástico de la noche a la mañana, ¿por qué algunos observadores dicen que la subida de precios no fue suficiente? Parte de la respuesta es que Venezuela todavía tiene los precios de gasolina más bajos del mundo.

Cuando la gasolina cuesta menos que el agua o la cerveza, sabes que su precio aún no es el adecuado. Ofrecer gasolina barata es una buena política a corto plazo, pero una medida económica terrible a largo plazo.

Por otra parte, los subsidios a los combustibles fósiles hacen que sea más barato usar la energía, lo que significa más contaminación del aire, más dióxido de carbono y más automóviles que congestionan las calles. Continuar leyendo