Es impactante que 52 países en desarrollo estén sufriendo niveles graves o alarmantes de hambre, según el nuevo Índice Global del Hambre, lanzado en el mes de octubre.
El índice cubre 117 naciones en desarrollo. Los niveles de hambre han disminuido en más de un cuarto desde 2000, según el informe, pero 795 millones de personas todavía están crónicamente desnutridas, más de uno de cada cuatro niños está afectado por un retraso del crecimiento relacionado con la malnutrición y el 9% de los niños padece emaciación (peso bajo para la talla).
Entonces, ¿cómo aceleramos la lucha contra el hambre? Los líderes mundiales ya han aprobado los nuevos objetivos de desarrollo que sustituirán a los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Estos afectarán el flujo de más de 2,5 billones de dólares durante los próximos 15 años.
Desafortunadamente, después de un largo y atiborrado proceso en las Naciones Unidas, los líderes suscribieron una larga lista de 169 objetivos de desarrollo —demasiados para hacer justicia con los más eficaces—, lo que dispersa así los recursos disponibles y los riesgos de atención, incluso al tratar problemas como la desnutrición. Continuar leyendo