Menudo lío. Escribí que me parecía cínico que los estudiantes chilenos, gente mayor de edad y presumiblemente responsables, se empeñaran en que otras personas les pagaran los estudios universitarios y encima pidieran la clausura de las universidades creadas con fines de lucro, y mucha gente no estuvo de acuerdo.
Al margen de los insultos y las descalificaciones personales, que nada añaden al debate, el mejor argumento de quienes rechazan mi criterio tiene que ver con el bien público. Al conjunto de la sociedad, dicen, le conviene tener buenos profesionales. Así todos progresamos. Es una inversión, opinan, no un gasto.