Barack Obama y Raúl Castro: encuentros y desencuentros

Barack Obama irá a La Habana en marzo. El viaje forma parte de su cambio de política con relación con la isla. Quiere, como pretendía Juan Pablo II: “Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba”. Eso incluye, como planteó El Nuevo Herald, la entrada en el país de corresponsales independientes que no estén intimidados por la policía política. ¿Lo llevará Obama entre sus peticiones?

Pocas horas antes de la noticia, el Departamento de Estado anunció que se reanudaban los vuelos comerciales —hasta un centenar al día— y se autorizó la instalación de una ensambladora de tractores. La Casa Blanca quiere dificultar cualquier involución de las medidas tomadas si a partir de las elecciones de noviembre ganara un candidato adverso a tener buenas relaciones comerciales con el régimen cubano.

Es muy significativo que el portavoz del Gobierno norteamericano haya declarado que Obama no piensa visitar a Fidel Castro. Es un gesto con el que desea subrayar su poca conexión ideológica con la dictadura. Al fin y al cabo, él nació después de Bahía de Cochinos y se formó tras la caída del Muro de Berlín. Es el primer Presidente realmente postsoviético de Estados Unidos.

Al margen de la curiosidad antropológica que provoca visitar al viejo tirano, que ya no es un jefe de Estado, sino un señor embutido en un chándal deportivo que dice unas cosas muy raras, retratarse con él y escucharle sus infinitas boberías (hoy agravadas por la edad y las enfermedades) forma parte de un conocido ritual político que, subliminalmente, transmite un mensaje de solidaridad o, al menos, de indiferencia con la segunda más antigua dinastía militar del planeta. La primera es la de Norcorea. Continuar leyendo

El nuevo panorama cubano

Este 26 de julio es diferente. La dictadura de Raúl Castro estrena una nueva relación con Estados Unidos. La Habana ha derrotado totalmente a Washington. Barack Obama ha levantado los brazos y lo ha entregado todo sin pedir nada a cambio.

Como repiten los personeros del castrismo una y otra vez, el pequeño David ha liquidado, finalmente, al gigante Goliat, sin hacer una sola concesión.

Las cárceles siguen llenas de disidentes, continúan aporreando a las Damas de Blanco, no hay el menor espacio para expresarse públicamente contra ese estado de cosas y mucho menos para formar partidos diferentes al comunista. Lo dijo Fidel Castro y lo cumplió: “Primero la isla se hundirá en el mar antes que abandonar el marxismo-leninismo”.

No obstante, ¿ha cambiado algo? Por supuesto. Raúl y toda la dirigencia comunista, incluso Fidel, que es el más terco de todos, saben que el sistema no funciona en el terreno de la creación de riquezas. Es totalmente improductivo.

Con los años, han comprendido que los incentivos materiales son indispensables y que la propiedad privada es clave para lograr el desarrollo, pero no se atreven a sustituir ese desastre por una economía abierta regida por el mercado, porque temen perder el poder. Continuar leyendo

El legado de Hugo Chávez

¿Cuál es el legado de Hugo Chávez? Al fin y al cabo, gobernó a su antojo durante 14 años (1999-2013). El periodo más largo de la historia de Venezuela, exceptuado Juan Vicente Gómez (1908-1935), otro militar de mano dura que se murió mandando. Digámoslo rápidamente: la herencia que les dejó a sus atribulados compatriotas fue la cubanización de Venezuela.

El 5 de marzo del 2013 se anunció la muerte de Hugo Chávez. Se cumplían 60 años exactos de la de Stalin. Chávez estaba clínicamente muerto desde mucho antes. Tal vez desde el 29 de diciembre anterior, cuando lo operaron en La Habana, pero lo mantuvieron artificialmente “vivo”, con el encefalograma plano, conectado a máquinas que estimulaban los latidos de su inútil corazón.

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La grandeza de Mandela

Nelson Mandela, una de las figuras más nobles y admirables del siglo XX, fue amigo de Fidel Castro. ¿Y qué? David Rockefeller también presumía de los mismos lazos. Carlos Andrés Pérez, hasta poco antes de exiliarse, pensaba que Fidel era amigo suyo. Al fin y al cabo, cuando Hugo Chávez en 1992, trató de derrocarlo a tiros, y dejó decenas de muertos en las calles de Caracas, Fidel le mandó un mensaje de solidaridad a CAP y condenó la acción fascista del teniente coronel.

Se ha dicho muchas veces: la política hace extraños compañeros de cama. (Groucho Marx aseguraba que no era la política, sino el matrimonio lo que hacía extraños compañeros de cama, pero ésa es otra historia). Mandela tenía buenas razones para mostrarse agradecido al dictador cubano. Fidel había sido intensamente solidario con quienes se oponían al apartheid, aunque liquidar la segregación racial era más una coartada política lateral que el objetivo básico de La Habana.

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El inventor y el capataz

Los agarraron en el Canal de Panamá con las manos en los misiles. El castrismo no cambia. La complicidad de Cuba con Corea del Norte lo demuestra. Lo había advertido en La Habana el Jefe del Estado Mayor norcoreano, el general Kim Kyok Sik: “Visito a Cuba para encontrarme con los compañeros de la misma trinchera, que son los compañeros cubanos”. Dios nos coja confesados.

Además, Raúl Castro está muy molesto. El país es un desastre. Lo dijo públicamente hace unos días. Los cubanos son ladrones y vulgares, especialmente los jóvenes, que sólo se dedican a perrear y al reguetón. Había prometido que todo el mundo se podría tomar un vaso de leche y no lo ha conseguido. Ni siquiera eso.

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