Acaba de morirse a los 91 años. Fue una de las personas más influyentes del planeta en la segunda mitad del siglo XX. Se llamó Lee Kuan Yew y era un abogado chino formado en Londres.
Transformó su pequeña e imposible isla, Singapur, en un emporio de riqueza y desarrollo que le sirvió de modelo e inspiración a los reformistas chinos tras la muerte de Mao y el fin de ese asesino experimento colectivista que le costó la vida a millones de personas.
Por eso es importante. Lee cambió el destino de Singapur y, sin proponérselo, le trazó el camino a la China continental. Deng Xiaoping, el inconforme sucesor de Mao, no tuvo que devanarse los sesos para averiguar cómo rescatar de la miseria a sus compatriotas. Todo lo que hizo, fundamentalmente, fue inspirarse en la exitosa experiencia de Lee. Continuar leyendo