Sigue el alzamiento contra el Macho Alfa. Tras los resultados del sábado arreciará la rebelión. Han tocado a degüello. Primero fue la carta pública firmada por 94 expertos en relaciones internacionales de tendencia republicana. Advertían que Donald Trump era un peligro para Estados Unidos y para el mundo. El extraño revoltijo de cabellos que coronaba su cabeza reflejaba el desordenado caos que existía dentro de su cráneo. Tenía pocas ideas, pero todas eran rematadamente malas y peligrosas.
Luego siguió la declaración pública de Mitt Romney. Fue directo y corrosivo. Le llamó tramposo y, con otras palabras, explicó que semejante sujeto no podía representar al partido de Abraham Lincoln, especialmente tras el entusiasta apoyo que recibiera del KKK.
La noche del jueves 3 de marzo se extendió la rebelión. Ocurrió en un debate organizado por la cadena Fox. Los senadores Marco Rubio y Ted Cruz armaron una eficaz operación de pinzas contra quien, hasta ahora, encabeza el pelotón de aspirantes republicanos a la Casa Blanca. John R. Kasich, gobernador de Ohio, se mantuvo al margen del combate. Desempeñaba el papel del estadista interesado en discutir los grandes temas y no las cuestiones personales. Continuar leyendo