Como se sabe, tres fanáticos islamistas penetraron en la redacción de una revista satírica en París, asesinaron a 12 personas e hirieron a otras tantas, algunas de ellas muy gravemente. Una verdadera carnicería.
Mientras disparaban gritaban que vengaban a Mahoma y aseguraban que Alá era grande. La revista, Charlie Hebdo, había publicado dibujos que los asesinos calificaban como blasfemos y ofensivos. Desde su perspectiva, estos criminales se percibían como instrumentos de la virtud religiosa en su lucha contra los infieles.
En realidad, Charlie Hebdo no era particularmente antiislámica. Como corresponde al género, era antitodo. El humor satírico siempre es contra alguien. Se burlaba de Mahoma, del Papa, del Presidente y del sursuncorda. Continuar leyendo