Los resultados que genere la nueva relación política comercial y financiera con los Estados Unidos luego de la visita del presidente Barack Obama, junto con el incierto futuro político y económico de Brasil marcarán el ritmo por el que transitará la política económica local hasta fin de año. Pasados los primeros cien días del Gobierno de Mauricio Macri, la salida del cepo cambiario, la eliminación de las trabas comerciales, la fuerte fuga de capitales y la maxidevaluación del peso son pasado. La inflación, el desempleo, el déficit fiscal y el financiamiento externo, fantasmas del futuro.
La llegada de Obama el miércoles marca, entre otras cosas, el apoyo a la reinserción financiera y comercial de Argentina en el mundo. El punto de partida es cerrar el acuerdo con los holdouts, donde se observa un gran respaldo del Gobierno de los Estados Unidos. La mayoría de los fondos de inversión que le ganaron los juicios a la Argentina o tenían demandas pendientes son norteamericanos. Si es exitosa la colocación de unos 12.500 millones de dólares en bonos en el mercado internacional, que se utilizarán para pagar a los holdouts, los Estados Unidos se transformarán en un prestamista de última instancia y acelerarán los créditos de organismos financieros internacionales. El reciente anuncio de préstamos del Banco Mundial por más de cinco mil millones de dólares va en esa dirección. Continuar leyendo