En los últimos días se ha profundizado un debate dentro del equipo económico de Cambiemos sobre una nueva reforma a la Carta Orgánica del Banco Central de la República Argentina (BCRA). El futuro ministro de Hacienda y Finanzas Alfonso Prat-Gay ha manifestado en recientes reportajes que es necesaria una reforma.
En tanto, el próximo presidente del BCRA, Federico Sturzenegger, reconoce que no hace falta y que sólo hay que modificar los objetivos de la política económica del Central que se fijaron en la nueva Carta Orgánica ideada por Axel Kicillof y aprobada por el Congreso de la Nación en abril de 2012.
Esta reforma fue estrictamente de carácter ideológico, en particular el artículo 3: “El BCRA tiene por finalidad promover, en el marco de las políticas establecidas por el Gobierno nacional, la estabilidad monetaria, la estabilidad financiera, el empleo y el desarrollo económico con equidad social”. Luego de casi más de tres años de puesta en vigencia, lo que se puede observar es que sólo un objetivo, el del empleo, se ha cumplido; el resto no. Esto ocurre en particular porque los bancos centrales en el mundo, como lo hace la FED en los Estados Unidos, el Banco Central Europeo en la Comunidad Europea o el Banco Central de Brasil, tienen como único objetivo preservar el valor de la moneda, como indicaba el artículo 3 de la Carta Orgánica que Kicillof reformó a su manera. Continuar leyendo