Hacia la primera privatización del macrismo

Uno de los aspectos que no queda claro en el proyecto de ley de reparación histórica a los jubilados que el Gobierno enviará al Congreso de la Nación es si el Estado venderá finalmente las acciones de empresas privadas que tiene en el Fondo de Garantía y Sustentabilidad (FGS) de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) para pagar la deuda con los jubilados.

El vicejefe de gabinete Mario Quintana reconoció el viernes pasado frente a varios periodistas que habrá modificaciones estructurales en el FGS para vender esas acciones. En tanto, el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, declaró a la prensa: “Para pagar a los jubilados no hace falta vender esas acciones”. Por otro lado, el director ejecutivo de la Anses, Emilio Basavilbaso, manifestó: “Esa opción forma parte de las fuentes de financiamiento que se plantearon para pagar la deuda con los jubilados. Las otras fuentes son el producido por la exteriorización de capitales, los títulos públicos y los plazos fijos que están dentro del FGS, que cuenta hoy con unos 770 mil millones de pesos”. Llama la atención que haya tres versiones distintas de funcionarios que participaron en la redacción del proyecto de ley.

La intención del Gobierno de Mauricio Macri de utilizar parte de los fondos —plazos fijos, títulos públicos y acciones privadas— del FGS de la Anses para pagar a los jubilados puede tener un fuerte rechazo de la oposición en el Congreso. En particular porque se quiere derogar la ley 27181 de 2015, promulgada en octubre del 2015, que prohíbe la venta de las participaciones accionarias de la Anses en empresas sin la autorización previa del Congreso mediante una mayoría calificada de dos tercios de cada una de las Cámaras. Continuar leyendo

La mesa chica del macrismo presiona a Prat-Gay y a Sturzenegger

Los hombres con los que Mauricio Macri armó su mesa chica son cuatro. La composición es heterogénea. Un solo ministro: el jefe de Gabinete, Marcos Peña. Un solo diputado: el presidente de esa cámara, Emilio Monzó. Dos amigos: el empresario Nicolás Caputo y el ex intendente de la ciudad de Buenos Aires, Carlos Grosso.

La primera orden de esa mesa chica se comenzará a observar esta semana. Una baja de las tasas de las letras del Banco Central (lebac), que en la actualidad llegan al 38% anual, para que se reduzcan luego el resto de las tasas para préstamos y depósitos. La segunda es ampliar las medidas de ayuda social y evitar que las empresas despidan trabajadores para lograr posteriormente la reactivación económica.

Por estos motivos, el presidente del Banco Central (BCRA), Federico Sturzenegger, dio a conocer el programa monetario y el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, el programa financiero para el 2016. En ambas presentaciones se observa una gran coincidencia. Las dos proyectan para el final del año que la tasa de inflación se reduzca a un 25% anual, que la tasa para un bono a diez años baje a cerca del 5% anual y que la economía se reactive a partir del segundo semestre el año. No existen por el momento diferencias entre lo que plantean Prat-Gay y Sturzenegger, a pesar de lo que algunos editorialistas poco informados hacen trascender. En ningún momento de su presentación de la semana pasada Federico Sturzenegger puso en duda la meta de inflación de entre el 20% y el 25% que proyecta Prat-Gay. “No es imposible llegar a fin de año a una inflación del 25%”, afirmó el presidente del BCRA el jueves pasado en su presentación a la prensa. Las proyecciones de la mayor parte de las consultoras están entre un 30 y un 35 por ciento. Continuar leyendo