En un deterioro veloz

Es difícil que el reinicio de este contacto cotidiano no tenga una visión retrospectiva e intente recordar la situación de la Argentina cuando empezamos el receso. Con la vista puesta en aquellos días de infierno, con miles de argentinos sin luz ni agua, con cortes en rutas, calles y avenidas para tratar de llamar la atención de algún funcionario que se dignara a prestarles atención, se hace difícil pensar en un deterioro. Parecería que aquellos días resumían lo peor de una administración pésima de los recursos del Estado y del resquebarajamiento de una mentira diseminada a repetición.

Pero no. Hoy, además de que nada de aquello ha mejorado, hay otros muchos parámetros que han empeorado velozmente. La tasa de inflación y de devaluación se han disparado. Las reservas del BCRA no dejan de caer, la presidente sigue ausente y el jefe de Gabinete da, definitivamente, pena.

Jorge Capitanich deberá pensar bien lo que hace de ahora en más. Está en un momento en que mucha gente siente lástima por él y otra que prefiere reírse de lo que no puede interpretarse de otro modo sino como comicidades cotidianas. Pero está cada vez más cerca de despertar broncas irascibles. El humor de gente tiene cada vez menos espacio para la cargada y el gobernador del Chaco -en uso de licencia- está tirando cada vez más peligrosamente de esa cuerda.

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El hablador

El jefe de Gabinete habrá asegurado que no iba a hacer anuncios grandilocuentes pero de lo que no caben dudas es que él es grandilocuente. En la inauguración de una costumbre que hasta podría calificarse de saludable -el hablar con los periodistas- el viernes por la mañana comentó algunas cuestiones que tienen que ver con lo que será la agenda de ahora en más.

Por empezar dijo que el gobierno tiene 200 metas que se ha propuesto cumplir. Uno no sabe bien si está en los albores de una especie de “plan quinquenal” (que en este caso sería “bienal”) o si lo que Capitanich pretende es inaugurar una ensalada de cuestiones en la que todo se mezcla de manera tal que nadie entienda nada.

El gobernador del Chaco en uso de licencia insistió con la idea de profundizar lo que se viene haciendo y no caben dudas de que está en esa línea porque habiendo podido inaugurar un período de apertura siguió refugiándose en los lugares en los que el gobierno ya lo venía haciendo. Así, por ejemplo ha llamado a reuniones de gremios y empresarios amigos, pero sigue excluyendo al campo y a los gremios críticos.

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