Luego del debate en la Facultad de Derecho, fueron numerosas las críticas por este primer ensayo que para muchos resultó insustancioso y hasta aburrido. En gran medida porque algunos de los temas planteados no tuvieron respuesta.
Sin embargo, en los días posteriores y respecto de uno de esos temas, Mauricio Macri tuvo un acierto destacable. Me refiero a la integración de la Corte Suprema de Justicia y al nombramiento de los jueces para los sillones vacantes.
El candidato de Cambiemos, luego de conversar el tema con su equipo de justicia liderado por Ernesto Sanz, en un reportaje propuso a dos constitucionalistas para esos lugares.
Macri explicó que la Corte es el último escalón de defensa de la Constitución, de los derechos civiles y de las garantías individuales de los ciudadanos. Allí debe haber especialistas en la materia, porque nadie mejor que ellos para cancelar la aplicación de leyes, decretos o resoluciones que violen su letra o su espíritu. Así se podrá anteponer la supremacía de la ley fundamental y del derecho individual por sobre las pretensiones del poder y del Estado.
En efecto, si uno se pone a pensar cómo está integrada actualmente la Corte (y en general cómo históricamente se integró), nota que los constitucionalistas son una minoría (o directamente una incomprensible ausencia). Continuar leyendo