El Canciller Héctor Timerman, munido esta vez de un alicate imaginario, la emprendió contra el Encargado de Negocios de los EEUU, Kerry Sullivan, a quien citó a sus oficinas para advertirle que podría echarlo del país como consecuencia de sus dichos sobre el default.
Sullivan había comentado que sería bueno que la Argentina saliera cuanto antes de esa situación para poder atraer las inversiones que tanto necesita.
Fue suficiente para que el país se considerara ofendido y estuviera a punto de declarar persona no grata al diplomático.
Se trata de otra notoria similitud con el régimen venezolano que efectivamente echó al embajador de Washington ante Caracas por considerarlo un agente del Imperio enemigo. La pregunta que surge es ¿cómo terminará la Argentina luego de acumular tantos parecidos con el país del hombre que habla con los pájaros? Continuar leyendo