Desde su descubrimiento por Repsol YPF en 2010, el yacimiento de gas y petróleo no convencional de Vaca Muerta, en Neuquén, se ha trasformado en el centro de las especulaciones económicas de la Argentina de -quizás- el próximo siglo.
En efecto, el área, de unas 30000 ha, (que nadie se atreve a catalogar como única porque ya hay varias prospecciones que indican que otros yacimientos similares podrían extenderse bajo la roca de toda esa región hasta abarcar territorios tan remotos que lleguen hasta la provincia de La Rioja) ha convertido a la Argentina en la segunda reserva de shale gas del mundo detrás de China y en la cuarta de petróleo, detrás de Rusia, EEUU y China, con la posibilidad de aportar más de 67 mil millones de dólares al PBI, u 83 años del equivalente a las exportaciones de soja. Continuar leyendo