Uno de cada tres huéspedes alojados regularmente en el conjunto de los hoteles de Shanghai es un maestro de escuela de las provincias del interior de China, que acuden a esta ciudad por cursos de perfeccionamiento docente. El dato nos fue provisto durante nuestra visita a la Comisión de Educación de Shanghai (órgano rector de todo su sistema educativo) y basta como expresión de los efectos de la revolución que allí se está produciendo.
El sistema educativo de Shanghai es hoy en día uno de los más poderosos de China y del mundo entero. La ciudad, con casi 24 millones de habitantes, tiene una tasa de enrolamiento escolar del 99,9%, similar a la tasa de compleción de la educación básica obligatoria de 9 años de China; allí la deserción escolar es prácticamente nula. La ciudad posee casi 1,8 millones de alumnos en sus niveles inicial, primario, y secundario, a lo que se deben agregar casi 500.000 alumnos en universidades. Shanghai cuenta además con programas de educación superior para adultos mayores, escuelas técnicas, y de oficios. Respecto de la calidad de su educación, en las evaluaciones internacionales la ciudad, rankea entre los primeros puestos, comparable a Japón y Corea del Sur. Para la Comisión de Educación, la política educativa de mayor impacto, ha sido y continúa siendo, el trabajo permanente en el mejoramiento de la calidad del maestro que se encuentra frente al aula.