Fue durante el año 2009 que visité al ex presidente Carlos Menem en su casa del barrio de Belgrano. Durante diez encuentros conversamos sobre su gestión. Le formulé preguntas no pactadas, absolutamente abiertas, tendientes a recuperar en su memoria, algo frágil por esos años, viejos recuerdos que evidenciaran su mirada política, ideológica e histórica tanto como a sus valores y principios. No pretendía escribir un libro de historia de su presidencia sino más bien una aproximación a su personalidad y a su forma de concebir la política. Aspectos que no aparecen en discursos, declaraciones o escritos que con seguridad siempre redactan otros. Treinta horas de grabación, como las que poseo, me hubieran permitido la realización de la obra que nunca hice, no obstante mi compromiso de realizarla. Deuda que no creo vaya a saldar alguna vez. De todos modos en cortos artículos periodísticos narré algunos pasajes de aquellas conversaciones. En esta oportunidad, y a propósito de las declaraciones de Zulema Yoma respecto de la muerte de su hijo a consecuencia de un atentado – hipótesis que ella siempre sostuvo-, me veo liberado de una decisión mía de no escribir sobre este asunto tan controvertido como doloroso.
Zulema afirmó que finalmente su ex marido le había reconocido, en el mes de enero, la posibilidad del atentado. Más allá de que sea una confesión sincera o el firme deseo de acabar con la controversia matrimonial que anímicamente lo tenía a mal traer al ex Presidente, según me lo confesara en las conversaciones, lo cierto fue lo que me dijo y que transcribiré, sin asumir posiciones personales.
LA CONVERSACIÓN
Ese día, el 14 de abril del 2009, el ex Presidente se hallaba un poco retraído y apocado, hablaba lento y meditaba mucho antes de responder. Al narrar el desgarro de su alma por aquella muerte y por la enorme tristeza en que se había hundido Zulemita, le pregunté:
-¿Por qué Zulema cree que no fue un accidente?
- No sé, la verdad es que no sé. Pero todos los datos indican que fue un accidente. Aunque hay cosas que no se saben, por ejemplo quién iba piloteando el helicóptero, si Carlitos o su amigo Oltra.
- De todos modos no entiendo, con todas las evidencias que hay, que ella siga sosteniendo la idea del atentado (le dije).
- Bueno, es la madre y la intuición puede hacerle pensar una cosa así.
- ¡Pero la intuición muchas veces puede llevarnos a la verdad!
- Sí, sí y máxime cuando la intuición es de una madre.
- ¿Entonces a usted le cabe la sospecha…?
- No, no…es muy difícil de responder.
- Sin embargo, Carlos, usted me habla de la intuición de la mamá.
- Sí, intuición de madre.
CONVERSACIÓN CON ZULEMITA
El 10 de noviembre del mismo año conversé con Zulemita. Es pública su postura: al igual que su madre afirma que la muerte de su hermano ha sido un asesinato.
- Lo único que yo sé es que a mi hermano lo mataron. Nosotros habíamos recibido amenazas de que nos iban a matar al punto que un día abro mi cama y encuentro en ella una bala. Carlitos estaba muy cerca de papá y antes de que lo toquen a mi papá debían pasar por encima de él.
- Entonces, hay otra hipótesis que no es la del tercer atentado, le espeté.
- Seguramente, no sé. Yo no quiero dar… si uno se pone a ver la causa ella habla por sí sola.
Me reservo la opinión de Zulemita respecto de quiénes podrían estar interesados en la muerte de su hermano.
Hasta aquí lo conversado con el doctor Menem y su hija. Personalmente, no tengo opinión al respecto. Y si he escrito esta nota, que insisto no pensaba realizar, ha sido por las declaraciones de Zulema. Quiera Dios que esta familia halle la paz que se merece y pueda llorar a su hijo muerto en el sosiego de una única verdad compartida.