Los migrantes y el sueño de una Europa justa

Europa saturada de migrantes, de seres humanos que escapan del miedo, del hambre, de la injusticia, de la guerra, que nunca quisieron.

Nace hoy aquí, en Europa, el miedo al futuro de esta “avalancha” de gente desesperada, famélica de paz y seguridad, y justamente esto es lo que temen perder los europeos, con la migración de cientos de miles de personas provenientes de sitios de conflicto; la paz y la seguridad.

El paladín de estos miedos es David Cameron, el premier inglés que luego de muchas presiones, hasta de su propia población, acepta recibir a 15.000 familias en el territorio del Reino Unido, pero con la condición de que se trate solo de sirios.

Solo para comparar actitudes, el Papa Francesco recibirá, solamente en Italia, 106.000 familias. Una por cada iglesia, convento, santuario de Italia; queda además por hacer la cuenta de cuantos pueda recibir en el resto de la Europa católica, muchos cientos de miles más, sin duda alguna.

Alemania, recibirá a unos 40.000 que se suman a los 120.000 ya recibidos.

Austria, Italia, Grecia, Francia, España, Portugal, entre otros, serán los demás países de acogida.

Este es el marco de contención; Hungría, Polonia, y otros, nada, cero, ni una familia. La otra cara de la Unión Europea, la de la vergüenza.

Perfil del migrante

La escasa calificación laboral, el pobre nivel educacional, el desconocimiento de la lengua del lugar de destino, la posibilidad de infiltrados del ISIS/Daesh entre ellos, configuran un cuadro de incertidumbre para el futuro de esta masa humana que invade, literalmente, Europa. Entran por el Mediterráneo, o por los Balcanes occidentales.

La pregunta que nos hacemos hoy (luego de recibirlos) es ésta ¿qué pasará con esta gente dentro de dos o tres años en los países de acogida? Se concentraran en guetos (quasi villas miserias?), con pocas posibilidades de abandonar la condición de pobre gente desterrada, desarraigada, que debe convivir cerca de la pequeña burguesía europea que vacaciona en Cerdeña? Esta situación desencadenará violencia, tal como la ocurrida en los suburbios de París, años atrás?

El sueño de una Europa justa, igual para todos, con una clase media fuerte y en crecimiento, está hoy en crisis. Llega la realidad de pobres que golpean a sus puertas y entran, reclamando coherencia con la siempre enunciada solidaridad europea, para todo el mundo. Pero esta gente no podrá volver en poco tiempo a sus casas, es probable que nunca puedan volver, ¿quién querría volver a una Damasco destruida por una guerra de casi 4 años, y que una vez finalizada (solo Dios sabe cuando) demorará 20 años en reconstruirse?

Se repite la vieja historia de miles de europeos escapando de sus países de origen, luego de las dos guerras mundiales, dispersándose por el mundo entero, con pocas chances de volver.

Hoy la vieja y cansada Europa, como la llamara Papa Francesco, en su discurso ante el parlamento europeo, tiene que deponer estos miedos y aceptar esta realidad, tal como aceptó en su momento que millones de europeos la abandonaran sin esperanza alguna.

Tampoco puede discriminar, vía la clasificación, a los migrantes que requieren asilo, por persecuciones sufridas en sus países por condición política o religiosa (refugiados), de aquellos que migran por hambre, pobreza, falta de trabajo (inmigrantes económicos). Sencillamente porque todas estas circunstancias se combinan en el mismo hombre, la misma mujer y el mismo niño que hoy llega. Solo podrá decir que no a aquellos que tengan antecedentes o conexiones criminales.

Para los demás, no hay alternativa, TODOS deben entrar.

En el Encuentro Interparlamentario de los países de Europa, por la emergencia migratoria, llevado a cabo este fin de semana en Luxemburgo, en el cuál participé como delegado por Italia, se concluyó:

1) Ayudar económicamente a los países de acogida de migrantes, que no pertenezcan a la UE, como por ejemplo: Turquía, Jordania, Líbano, que hoy contienen a más de 4 millones de sirios desplazados de su país. Sólo Turquía cobija a 2.5 millones de ellos y ha gastado en su cuidado en lo que va del año 5.000 millones de €.

2) Ayuda económica para todos los demás Estados del planeta que abran sus puertas a los migrantes (esta fue una propuesta de mi grupo)

3) Apresurar las gestiones del enviado especial de ONU a Libia, Bernardino León, para lograr un acuerdo con los dos gobiernos ( Tobruk y Trípoli) que paralelamente gobiernan en Libia, para que logren contener en su territorio a los migrantes que provienen de Eritrea, Somalia, Etiopía, Malí, Costa de Marfil, etc., evitando que crucen el Mediterráneo y mueran en el intento, tal como ha ocurrido muy frecuentemente.

4) Pasar a una fase militar mas agresiva (FASE II) en el control del Mare Nostrum, con la finalidad de detener el tráfico de seres humanos, atacando a los traficantes en las costas de Libia.

Entre otras.

En esta conferencia interparlamentaria para la política exterior y la seguridad de Europa, mencioné la propuesta de Argentina, de recibir a refugiados sirios, como ejemplo de buena voluntad de países extra UE, hecho que fue aplaudido por todos los participantes.

¿Qué está pasando en Argentina?

Esta es la pregunta que, desde ayer, me hacen mis colegas y amigos del “Onorevole Senato della Repubblica Italiana”, fundado aproximadamente en el año 500 a.C.

La respuesta es difícil, complicada, tenebrosa, imposible no teñirla con detalles de enfrentamientos a cambio de diálogos de los últimos tiempos.

En este contexto europeo de un muy fuerte rechazo, por los hechos recientes y los que se temen puedan ocurrir, a las muertes provocadas por el terrorismo, a las muertes que no tienen explicación como esta. Ninguna se justifica, algunas se pueden explicar para deplorar a sus ejecutores.

A la pregunta, agregan: “¿esta muerte del fiscal Nisman es como la de Giovanni Falcone”, en manos de Toto Riina, de la Cosa Nostra Siciliana, mafia de los Corleoneses? ¿O como el asesinato de los periodistas de Charlie Hebdo, cometido por terroristas islámicos, en peligro de confirmación de las acusaciones pendientes, 20 años después, de la voladura de AMIA? ¿O fueron los servicios de inteligencia en una cruzada de venganza, por su desplazamiento, como ocurrió con alguna frecuencia en Sudamérica?

No lo sé, es la respuesta.

Acá en Roma se conocen estos hechos, si bien no hay una continua y proficua información periodística sobre nuestro país o la región en general. Estas circunstancias gravísimas se saben porque acá casi todos tienen familiares en Argentina y preguntan. Internet ha hecho la difusión más contundente sobre el tema. Hasta aquí llegó el desasosiego que provoca esta muerte.

Nadie cree, por estos lares, el tema del suicidio de Nisman. Hay demasiada historia de mafia en este país como para comprar la tesis que esta persona de 51 años, con dos hijas, vaya a pegarse un tiro en la sien con un revolver calibre 22, sin cartas de despedida. Un suicidio poco convincente.

De hecho, los diarios (ver Corriere della Sera, por ejemplo) “sugieren” que esta muerte es sospechosa y no precisamente de suicidio no inducido.

Pero, y aquí el tema, ¿qué contesto?

La respuesta es la no respuesta, no entiendo y por ende no puedo contar, a mis colegas, el o los porqué.

El contexto modela los significados, propuso alguien muy atento. Del contexto se conocen algunos hechos, no todos por supuesto, por ende el significado de esta muerte no se entiende desde tan lejos. Ojalá ustedes más cerca del teatro de los hechos logren saber y puedan contar de qué se trata todo esto.

Sí se sabe con certeza que con esta muerte todos pierden en Argentina, todos. Pero en particular pierde la democracia cuando uno de sus pilares, la Justicia, es violado de este modo, con la sospecha de la muerte dudosa de uno de sus fiscales, protagonista de la investigación de un hecho no totalmente esclarecido 20 años más tarde y que involucra, en distinta manera, varios gobiernos argentinos de los últimos tiempos.

La institucionalidad del país entra en un cono de sombra, y las sombras son funestas. Esto es lo que se siente por aquí respecto a la Argentina.