Antes que nada, lo que siento deseos de decir es que, más allá de cualquier apreciación, falleció el más grande dirigente del fútbol argentino… y mundial.
Ese fue Julio Humberto Grondona, el hombre que condujo nuestro fútbol durante los últimos 35 años. El hombre que, además, proyectó su liderazgo deportivo al resto del planeta. Disputó eficazmente el dominio en el período post- Havelange cuando, contra el sueco Lennart Johansson, sostuvo a Josef Blatter. Con su ausencia, el mapa mundial del fútbol ya no será el mismo.
A nivel dirigencial y deportivo, hasta ahora, y gracias a él, hemos estado en el primerísimo nivel.
En el plano personal, hay que decirlo, Don Julio estaba muy deprimido tras la muerte de su esposa, Nelly, hace poco más de un año. Desde entonces, prácticamente no salía. Sin embargo, para este último Mundial, no dejó nada librado al azar…
Bajo su mandato, Argentina fue Campeón Mundial Juvenil en cinco oportunidades, conquistó dos veces la Medalla de Oro en los Juegos Olímpicos, ganó un Mundial de Mayores y fue dos veces finalista y subcampeón. Además, su Independiente fue multi-campeón y Grondona hasta se dio el gusto de ver ganar el Campeonato argentino a su querido Arsenal de Sarandí.
Gracias a Julio Grondona, Lionel Messi juega para Argentina. Y hubo otros casos: recordemos que Pipita Higuaín estuvo a punto de jugar en el seleccionado de Francia.
Joao Havelange fue Presidente de FIFA desde 1974 hasta 1998, pero Brasil (el penta-campeón) obtuvo en ese período un solo campeonato mundial (el de 1994).
Por eso, reitero, más allá de cualquier tipo de apreciación, dirigencial y deportivamente hablando, se lo va a extrañar… y mucho.