El área económica le ha pedido en las últimas horas a empresarios y banqueros que trasmitan calma al mercado. Seguirían las operaciones como hasta ahora, pero con vigilancia estrecha para evitar desbordes.
Me pregunto cuántas e innumerables veces los gobiernos han prometido en los últimos decenios determinada actitud que luego modificaron de cuajo. Porque no se trata que el sistema financiero pida calma. La calma no se inyecta, no es un remedio que se entrega gratis en las esquinas. La calma sólo puede evidenciarse si hay coherencia en las actitudes del Gobierno. La confianza se gana si las autoridades no van de un extremo a otro de las decisiones.
Basta ver la fotografía de los banqueros frente a Vanoli en su visita al Banco Central. Caras serias, prevenidas, meditativas en una gran mesa parecida a las reuniones de Directorio. No parecen muy felices que digamos. Sí, en cambio, parece que estuvieran allí obligados y a no ser despechados con un convite del presidente de la entidad financiera rectora. ¿Un encuentro de mero compromiso?
A lo largo de la historia argentina del último medio siglo, en momentos de crisis, a los que están en el poder le quedan dos salidas. Una es el enfrentamiento, sabiendo incluso aquella recomendación de que “el que se enoja, pierde”. Otra es la negociación con compromisos, que no siempre pueden cumplirse. Porque lo que importa es la marcha de la economía. En nuestro caso, en el tiempo que ahora vivimos, si sigue la emisión para sostener increíbles gastos del Estado, el panorama pinta de corto plazo. Todo se ahogará en un vaso de agua.
Un ejemplo: gran parte del Presupuesto para el 2015 está basado en un esfuerzo del Gobierno por justificar sus actos. El gasto en publicidad de las empresas del Estado aumentará de manera sostenida. Más el gasto en los servicios de Inteligencia. De éstos últimos, el crecimiento del presupuesto para Inteligencia del Ejército ha trepado un 32%. ¿ Estarán preparando los carpetazos consabidos, a los cuales apela el cristinismo cuando quiere o necesita?
¿Querrán con la publicidad explicar a la gente que sus acciones son buenas, que tienen intenciones dignas, mientras hay problemas graves de infraestructura?
Detalle: se elevan los presupuestos en Inteligencia pero se achican los gastos en el resguardo de las fronteras. Justo en un momento en que empezamos a tomar conciencia que el narcotráfico se ha enseñoreado en el país, con la complicidad de ciertos sectores del Estado.