En una economía más dominada por el castigo y el desaliento a la inversión productiva, con políticas que apuntan más al cierre de la economía con la persistencia del estado de default con bonistas y también con países nucleados en el Club de París, la convivencia con elevadas tasas de inflación por el creciente rojo fiscal, pérdida de reservas energéticas y de divisas y drástica caída del superávit comercial, que a alentar los emprendimientos productivos y generar empleos para posibilitar un crecimiento sostenido y sustentable, se observa un claro cambio en las tendencias de ahorro de la población.