En 1986, un periodista del Wall Street Journal fue acusado y encontrado culpable de lucrar en forma indebida con los precios de las acciones. Básicamente, el periodista tenía una columna donde publicaba datos de corporaciones y llegó a ser muy leída. Tuvo la idea de compartir con su broker las notas previo a su publicación y así ambos lograban una ganancia anticipándose a los demás inversores.
El mercado de capitales necesita que la información sea simétrica en cuanto a contenido y simultaneidad para todos sus participantes. Ese es un principio básico sobre el cual descansa el mercado y es responsabilidad de los reguladores asegurarse que todos los participantes, con mayores o menores recursos, tengan el mismo derecho.
En los últimos meses hemos visto como crecen en las redes sociales y en algunos medios periodísticos lo que podría haber pasado en caso de que algún operador travieso tuviera información de algunos anuncios previos a su ocurrencia.
Se han producido todo tipo de movimientos alcistas y bajistas fuertes provocados directamente por anuncios puntuales, como fueron los casos de i) El nuevo índice de inflación que impulsaron a los títulos atados al CER ii) La rectificación de las cifras de crecimiento del PBI que modificaron las cifras esperadas de rentas a cobrar por los tenedores de los cupones atados al crecimiento del PBI iii) El rápido acuerdo con Repsol iv) Más recientemente, la voluntad de dialogo y de querer pagarle a los holdouts con un rotundo cambio de discurso en tan solo unos días.
Es importante destacar que los mercados de capitales se han desarrollado mucho, lo que facilita la identificación y seguimiento de operaciones de insider trading (información privilegiada) a pesar del incremento y la mayor liquidez en los instrumentos apalancados, la mayor fluidez de la información por métodos no convencionales más difíciles de registrar y la mayor cantidad de dinero volcado a los mercados accionarios
Por otro lado, debido a que todas estas operaciones quedan registradas, es importante destacar que las mismas se detectan y analizan posteriormente desde distintas perspectivas, ya sea alteraciones en los volúmenes transados, frecuencia y horas en las que se producen, así como un stockwatch que mira permanentemente.
Ante estas situaciones, hay que ser extremadamente cuidadoso, ya que es muy importante no operar con información que no es de público conocimiento o eventualmente esperar a que la información sea pública.
Las normas no sólo alcanzan a funcionarios que están en la toma de decisiones, sino también a parientes y amigos. Pero no se limita a éstos. También podría incluir a un taxista, una azafata o un mozo que escuchó una charla y aprovechó para ganarse unos pesitos. O quien sacó fotocopias de un plan de acción. O a los asesores, financistas, abogados, contadores involucrados en los procesos.
Es decir el universo de candidatos a tentarse por una ganancia rápida es muy amplia y todo parte de la base que no se puede utilizar información confidencial o que no es de público acceso en beneficio personal. Las distintas Comisiones de Valores del mundo son muy rígidas respecto a este punto, así como los mercados, ya sean autorregulados o no.
Lo interesante es que una vez operado, los registros permanecen y siempre se pueden analizar en el futuro. Hay mucha experiencia al respecto.
Para cerrar es importante tener en cuenta que la imagen y percepcion de un mercado debe ser tan limpia como su accionar, ya que un mercado sospechado pierde atractivo rápidamente.