El conflicto entre Argentina, los holdouts (fondos buitre) y la Justicia de EEUU es sumamente dinámico y cambia con el correr de los días.
Intentaré dar una explicación simplificando los escenarios.
El fallo de Griesa, ha sido tan duro que resulta imposible para un país que entra en cesación de pagos poder plantear cualquier arreglo que no incluya al 100% de los acreedores. La interpretación de la cláusula pari passu es novedosa y aún más, a criterio del FMI, otros países y premios Nobel, sería hasta excesiva. Es una interpretación estricta de la ley, que no consideró daños colaterales para otras partes intervinientes en el conflicto.
El fallo está en firme y Argentina puede tomar 3 caminos:
1) Pagar el fallo. Claramente el Gobierno de Argentina se ha expresado en sentido contrario. Ya sea por considerarlo injusto, usurario, por cuestiones ideológicas o simplemente porque es políticamente inviable. A esto hay que sumar los efectos de la cláusula RUFO (salvo que se cumpla la sentencia en efectivo), que no permite negociar un mejor acuerdo hasta 2015 (¡increíblemente Griesa invita a las partes a negociar!) y el resto de los tenedores de deuda no canjeada (holdouts), que según con quien se hable, van desde 15.000 millones de dólares hasta 45.000 millones de dólares (demasiado amplio el rango, ¿no?). Esta diferencia surge del interés y los punitorios aplicables al capital nominal que aún está pendiente de resolución.
2) No pagar el fallo, pero intentar pagar a los bonistas que aceptaron el canje. Este parece ser el camino elegido por el Gobierno Argentino. El Poder Ejecutivo ha enviado un proyecto al Congreso de la Nación, buscando consenso y apoyo para cambiar el lugar de pago de los bonos canjeados (voluntario para los tenedores) y reabrir la Ley Cerrojo (muy importante). Este escenario es de difícil concreción por las dificultades técnicas y legales, y al mismo tiempo estaríamos desobedeciendo el fallo de la Justicia de New York, que es la que ha sido propuesta por Argentina en los prospectos de emisión de deuda para que se resuelvan litigios entre las partes
3) Default de la deuda reestructurada. La misma asciende a USD 29 Bn repartida entre 16 series. Si bien se trata del bono Discount, Par y los cupones atados al PBI, existen muchas variantes de los mismos en función de la legislación emitida, la moneda y la fecha de emisión (2005 o 2010). Este escenario tiene dos características. Por un lado pone en igualdad de condiciones a los fondos buitre con todo el universo de bonistas que entraron al canje. Por otro lado Argentina estaría cumpliendo la cláusula de Pari Passu de acuerdo a la interpretación por lo menos rebuscada del Juez Griesa, por lo cual no colisiona con la Justicia de ese país.
Como se ve, los tres escenarios son altamente complejos y en los tres hay mucho para perder. Es cuestión del Gobierno decidir cuál de los tres produce el menor daño, o dicho de otra forma cuál es más conveniente para Argentina.
Todo parecería indicar que por acción o por dinámica de los eventos el segundo escenario es el elegido por Argentina. En caso de fracasar éste, y si algunos bonistas tienen intención de acelerar la cobranza de sus acreencias, entonces nos encontraremos ante el tercer escenario.
De cualquier modo, todavía hay mucha tela por cortar y cualquier movimiento de las partes involucradas (Gobierno Argentino, fondos buitres o Justicia de EEUU) podría cambiar drásticamente el panorama.