El mercado de IPO (initial public offering) se ha recalentado. Twitter es la red social de microblogging más famosa, fundada por Jack Dorsey en marzo de 2006. Su importancia se ha disparado en los últimos años ya que se estima que posee alrededor de 200 millones de usuarios activos y canaliza 400 millones de mensajes al día.
Twitter ha completado un formulario ante la SEC (Security and Exchange Commission) en el que anuncia su intención de convertirse en una empresa con cotización pública de sus acciones, y pateó el tablero. Anunció a través de un simple tweet de menos de 140 caracteres (máximo permitido para poder expresar opiniones en esta red social tan particular) su anidamiento en Wall Street.
Vemos muy atractiva la opción para un inversor posicionarse en el IPO de esta empresa tecnológica de San Francisco, aunque por ahora el precio de corte es indicativo y los bancos organizadores tienen la potestad de poder modificar el rango a futuro.
La comparación obligada es con Facebook cuyas acciones cayeron 30% en su primer año en Bolsa (para luego recuperarse). Se habla de una valuación de 10 mil millones de dólares, aunque es muy difícil poder valuarla a esta altura.
Pero es poca la información que se posee porque la empresa ha optado por aprovechar las condiciones de la JOBS Act, una ley aprobada el año pasado que permite a las empresas jóvenes cuyos ingresos no superen los mil millones de dólares no develar los detalles de su salida a Bolsa hasta tres semanas antes del inicio de la operación.
A diferencia de Facebook, Twitter ha sabido construir una historia más seria con acuerdos de colaboración con agencias de noticias y otras compañías, lo que le otorga a los inversores más estabilidad sobre sus ingresos a futuro.
Se exponen más abajo los datos operativos y la valuación de empresas de internet al 18 de septiembre de 2013, en orden descendente de su capitalización bursátil. El price-to-earnings de Facebook trailing 12 meses es muy elevado, denotando las perspectivas de crecimiento que poseen los inversores al posicionarse en acciones de la compañía.
La otra empresa comparable es LinkedIn, que posee una valuación aún más formidable. Y con el mismo retorno sobre el patrimonio neto (ROE de 12 meses) de no mucho más que 4%.
Estas cifras denotan una apuesta hasta en algunos casos desmesurada a esta altura, con cotización en máximos históricos para ambas compañías:
¿Cómo piensa Twitter lograr beneficios o monetizar un servicio por el que ningún usuario paga? La misma pregunta se hicieron los inversores con Facebook, aunque en ese caso el peso de la publicidad es desde el arranque mucho más importante. Los desafíos para los inversores son muchos, aunque el atractivo de posicionarse en una empresa totalmente distinta y con mucho futuro más que compensan la incertidumbre que pueda rodear este nuevo IPO de una empresa tecnológica de referencia mundial.
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