Elogio del voto en blanco

En los últimos días párrafos escritos y charlatanerías políticas mediáticas han planteado que el voto en blanco sería funcional a uno de los dos contendientes del ballotage del próximo 22N. A uno de los dos candidatos que obtendrá la Presidencia de la nación en medio de una crisis no sólo política sino económica y de grado descomunal que promoverá que Mauricio Macri o Daniel Scioli realicen un ajuste que pesará sobre los hombros, las vidas y las existencias de las mayorías populares. El voto en blanco, dicen los comerciantes de la lengua política, sería favorable a alguno de ellos. Una estafa en toda la línea.

Una vulgarización del planteo del Frente de Izquierda y de los Trabajadores indica que para los “trotskistas” —o los izquierdistas en general— Macri o Scioli serían iguales. Una burrada atómica. Uno de ellos podrá ser más gradualista en su programa de ajuste y otro podrá plantear un camino inmediato de ajuste y endeudamiento. Pero ambos van hacia allí. Macri y Scioli devaluarán, se endeudarán y llevarán a las mayorías ciudadanas a una escala menor de sus condiciones de vida, porque están inmersos, ambos proyectos, en una crisis capitalista carácter mundial.

Tal crisis en nuestro país sólo podría ser resuelta a través de una reorganización de la economía que deje de beneficiar a los beneficiados de siempre y que intervenga positivamente sobre quienes producen la riqueza del país, es decir, los trabajadores —y no los empresarios, que hoy desde la Unión Industrial Argentina dicen abiertamente que tal o cual candidato del ballotage les viene igual: ambos devaluarán. Continuar leyendo

Ballotage, temblor político y después

De manera impensada, el fin de ciclo K cobra realidad de un modo dramático. Pero no sólo por la llegada al ballotage entre Daniel Scioli y Mauricio Macri, que nadie previó. Aníbal Fernández, un compadrito orillero, construyó la derrota del oficialismo en el principal distrito de la nación, la provincia de Buenos Aires. Fernández —uno de los responsables políticos de los crímenes del Puente Pueyrredón y de la liberación de la zona que permitió el asesinato de Mariano Ferreyra— fue derrotado por María Eugenia Vidal, futura gobernadora, que integra una fracción que se presenta como pospolítica y alejada de cualquier vicisitud ideológica o política relevante, más allá de la necesidad postulada de darle fin a la década kirchnerista.

¿Hay un giro a la derecha por parte de la sociedad argentina al votar de ese modo a Cambiemos, el partido de Macri y Vidal? Cambiemos, la alianza que postula a Macri, hizo una campaña que la presentaba como alejada de los ideologismos y sustentada en la necesidad de una renovación del personal político del Estado, a la vez que planteaba mantener los supuestos logros del kirchnerismo. En definitiva, no se trató de una candidatura de derecha para acabar con un movimiento popular ascendente, sino de una construcción del marketing político para posicionar unos candidatos desideologizados contra un supuesto kirchnerismo hiperideologizador. Continuar leyendo