Temprano el miércoles 9 se conoció la noticia del fallecimiento de un niño qom de catorce años por desnutrición en el Chaco. Es decir: por hambre. Se llamaba Oscar Sánchez, tenía catorce años y pesaba once kilos. El hecho no sólo implicó la indignación de una parte muy importante de la sociedad, sino que dio comienzo a una sucesión de canalladas por parte del kirchnerismo.
El ex jefe de gabinete y actual gobernador de la provincia Jorge Capitanich se refirió a la cuestión en un acto en Resistencia -se trataba de la inauguración de unas viviendas en el barrio Emerenciano Sena, es decir, un vecindario que lleva el mismo nombre que el de un ex piquetero coptado por el gobierno, que se encuentra vivo-. Ante una pregunta de la prensa, afirmó: “Por supuesto que nos duele una muerte que se da por una cuestión cultural”. De esta manera, el gobernador retomaba el hilo del razonamiento más conservador de la historia nacional que atribuía la precariedad en las condiciones de vida de los más pobres a su propia responsabilidad -o “cuestión cultural”.
“Estaba condenado a una corta vida”, declaró el diputado kirchnerista chaqueño Juan Manuel Pedrini refiriéndose al niño qom Oscar Sánchez, sin ruborizarse. Continuar leyendo