Fuego, agua, tierra y aire. Los cuatro elementos que, para los antiguos, componían la materia de todo lo existente sirven todavía para ser usados en las metáforas que expresan lo que sucede en varios lugares alrededor del mundo. La chispa que logró que todo se incendie, la gota que rebalsó el vaso, el barro sublevado, el final de la asfixia de la inmovilidad social.