Durante la inauguración de las sesiones legislativas, una gran manifestación contra el ajuste del Ejecutivo se manifestó por las calles y rodeó el palacio parlamentario, lo que provocó que los manifestantes oficialistas tuvieran que retirarse del lugar, en medio de cánticos contra el Gobierno y sus medidas. Estas líneas no son ficción.
El martes 1º de marzo, en Río Gallegos, capital de la provincia de Santa Cruz, gobernada por la kirchnerista Alicia Kirchner, manifestantes docentes y estatales en un número superior a los tres mil (que, en la pequeña ciudad patagónica, son una enormidad) expulsaron a La Cámpora, que había decidido manifestarse para apoyar a la gobernadora. Se trata de un episodio que indica una profundización del escenario de choques sociales en la provincia, otrora feudo político del kirchnerismo.
Santa Cruz es la provincia en la que se refugió el kirchnerismo residual. Si bien no obtuvo la mayor cantidad de votos, algo que sí hizo su contrincante radical, Alicia Kirchner (hermana del fallecido ex Presidente y fundador de la tendencia que gobernó el país durante doce años) se convirtió en gobernadora por obra de la antidemocrática ley de lemas. Según Alicia Kirchner misma denuncia, heredó una provincia en llamas. Lo que omite Alicia es que ella misma es heredera del régimen kirchnerista. Kirchnerismo que gobierna desde hace 25 años la provincia, trece años más de los que gobernó el país. Continuar leyendo