Se habla del sinceramiento económico, pero ¿no es hora de sincerar también nuestra realidad educativa? ¿No es hora de admitir que el ingreso irrestricto a las universidades es una real estafa para los alumnos?
En octubre pasado el Senado aprobó una ley que prohíbe implementar exámenes de ingreso a la universidad. El proyecto fue impulsado por la entonces diputada del Frente para la Victoria Adriana Puiggrós. Su séptimo artículo lo especifica taxativamente: “Todas las personas que aprueben la educación secundaria pueden ingresar de manera libre e irrestricta a la enseñanza en el nivel de educación superior”.
Alieto Guadagni, miembro de la Academia Nacional de Educación, subrayó lo lamentable de esta decisión: “Es una paradoja, porque mientras más fácil se hace el ingreso, más difícil es egresar. Es como pretender correr una maratón de 42 kilómetros sin entrenar, y la verdad es que se está frustrando el futuro de los chicos y esta ley consagra el atraso educativo de Argentina”. Continuar leyendo