Muchos dirigentes insisten en la importancia que tiene la industria nacional para el desarrollo económico de Argentina. Lo curioso es que la mayoría de ellos aún no ha podido definir con exactitud qué es y qué no es industria. Opinan también que el futuro de la industria está en el agregado de valor a las materias primas provenientes del agro, en la llamada agroindustria. Que el granero del mundo se convierta en la cocina del mundo.
Seguramente esto sea cierto, dado que la Argentina, especialmente en las regiones del interior, tiene ventajas competitivas para industrializar las mercaderías en el origen y reducir así el impacto del flete, entre otras ventajas. Adicionalmente, el país cuenta con un importante poder de negociación internacional en la puja por la localización de la industria, gracias a que dispone de los recursos más escasos de todos: los insumos para la producción. Es fácil concluir, por tanto, que en Argentina debería prosperar la industrialización de los alimentos provenientes del agro para lograr un proceso de crecimiento fuerte de la producción que redunde en la creación de fuentes de trabajo. Continuar leyendo