Con infinita amoralidad Francia expresa deseo de estrechar relaciones con Cuba.
En 30 años, es el primer viaje de un jefe de la diplomacia francesa a esa isla esclava. En la oportunidad el ministro de Exteriores galo subrayó que su país apoya las negociaciones para reflotar las relaciones políticas y económicas entre Cuba y la Unión Europea, y por supuesto al hacerlo, deja claro el amoral apoyo a una tiranía con 55 años torturando al pueblo cubano.
Buscando mendrugos y mano esclava, algo que Laurent Fabius califica de “propósito de impulsar las relaciones políticas y económicas”, realizó una visita relámpago a Cuba este pasado sábado 12 de abril. Disimula sí, y dice -sin ninguna fuerza- que espera más avances en materia de derechos políticos en la mazmorra castrista.
Durante esta primera visita, Fabius toma la banderita gastada de los avances en derechos sociales como la educación y la salud, cuando el mundo entero conoce la aberrante pobreza y la ideologización como sistema educativo, la cartilla de racionamiento, los salarios de hambre, así como el parapeto de la medicina cubana, como fuerza invasora e ideologizadora, además de mano esclava generadora de divisas para la tiranía. Más cínico, declara que le impresionan “las reformas” del gobierno de Raúl Castro… Leyeron bien, dijo ¡reformas!
Tímido deja caer algo sobre derechos humanos, pero sin mucho énfasis para no molestar el cuero sensible de los tiranos y su nomenclatura. Laurent Fabius anuncia que Francia impulsará el diálogo; para ello lo primero es cuadrar con su homólogo Bruno Rodríguez Parrilla, así como con el tirano Raúl Castro. Otros esbirros de la tiranía también tuvieron oportunidad de platicarle algunas cosillas. Asimismo el cardenal Jaime Ortega, cómodo representante de la Iglesia Católica en Cuba. Como era de esperarse en un personaje como éste, no perdió tiempo con la disidencia, a la que ignoró totalmente…
Durante la visita relámpago, Fabius subrayó que su gobierno busca impulsar el diálogo a nivel político con Cuba, así como los “intercambios económicos y comerciales”, porque definitivamente, hasta en la paupérrima Cuba comunista, los carroñeros encuentran donde clavar el diente. Así se constata cuando este ministro resaltó el deseo de su gobierno de aumentar la presencia empresarial de Francia en la isla, sobre todo en sectores como el turismo, la educación, la cultura, la energía o la industria agroalimentaria. Nada es más provechoso para un añorante colonialista que negociar con un tirano…
Fabius dijo que sostuvo “una larga conversación” con Castro, en la cual concluyeron que no hay “problemas irreconciliables” entre ambos países. Y es verdad, porque sólo la moral es irreconciliable con la maldad y la perversión.
“Desarrollar nuestro diálogo político no es pretender que estamos de acuerdo en todo”… Y para no quedar tan mal y engañar necios señala que Cuba y Francia deben hablar de todo, también de los derechos de las personas, “sin dar ni recibir lecciones”. O sea, sin molestar al tirano y sepultando en el olvido 55 años de grotesca tiranía.
No le importan los disidentes, los presos, los perseguidos, pero sí tiene tiempo para condenar el embargo económico. Así critica las sanciones económicas que Estados Unidos impone a la isla desde hace más de 50 años, apoyando su complicidad en una ruin aseveración: Cuba ha cambiado en los últimos tiempos.
Pareciera pues que la pragmática Europa se arrepiente de haber congelado sus relaciones y la cooperación con Cuba, luego de aquella espantosa persecución de disidentes en la llamada “primavera negra” de 2003. Muchos, con la avaricia y la complicidad como consejeras retoman las relaciones y corren a encochinarse con los verdugos del pueblo cubano.
Francia, Holanda y desde hace tiempo España se cuadraron ya con el tirano heredero Raúl Castro. Liberté, égalité, fraternité son palabras huecas para unos hipócritas que quieren democracia para ellos y represión y atraso para Cuba y para toda Latinoamérica. Liberté, égalité, fraternité no están de moda, menos está de moda la democracia y la solidaridad con los pueblos esclavizados por la peste castrocomunista. Por estas y otras cosillas es que como venezolana sé perfectamente que debemos luchar bravíamente con esta neotiranía dependiente de La Habana que ya tiene 15 años y aclara sin empacho que llegó para quedarse. Que los demócratas venezolanos no podemos contar con nadie de ese mundo egoísta, pragmático, amoral… Que la lucha de nuestros valerosos jóvenes tenemos que apoyarla y acompañarla sin descartar que haya diálogos que pueden parecerse a los siniestros cantos de sirena… Escila y Caribdis bien pudieron venirse a estas comarcas y estar en ese mar de llanto que algunos farsantes llaman el Mar de la Felicidad.