Analizando el mercado laboral de los últimos años, encontramos que los trabajadores le ganaron a la inflación, a pesar de avance de esta. Examinando cifras de empleo y salarios frente al aumento de precios, se observa que entre 2003 y 2008 el empleo formal creció un 9%, el salario nominal un 20% anual, frente a una tasa de inflación promedio del 14% anual y entre 2008 y 2011 el empleo se expandió sólo un 2% frente a un aumento del 27% de los salarios y 22% de la inflación anual.
Según las cifras expuestas, hubo ocho años desde la salida de la Convertibilidad de incremento sostenido de salarios reales. De esta forma, el consumo privado se duplicó durante ese período, apuntalando el crecimiento económico, y permitiendo al equipo económico mantener el discurso del modelo “nacional y popular” que beneficiaba a los trabajadores. Si bien este esquema fue el prevaleciente hasta 2012, año en que se registró el último incremento -marginal- de salario real (+0,2%) dado que las paritarias lograban estar en línea con el aumento del nivel general de precios, ya el año 2013 cerró con una caída del poder de compra de 1,6% y con el nivel de empleo creciendo anémicamente, a una tasa del 1%.
Durante 2014 el panorama de los años previos no sólo se revertirá, sino que el alza de la inflación profundizará la caída del poder de compra de los salarios, debido a que las paritarias libres no lograron ponerse en línea con la suba esperada del nivel de precios, la cual se encuentra en torno al 35%.
Según estimaciones propias, durante los primeros tres meses del año los salarios reales acumularon una contracción del 5,2%, mientras que en marzo exhibieron una reducción del 5,3% interanual. En esta línea, se proyecta una caída del poder adquisitivo en torno al 10% para todo el año, una vez finalizadas las negociaciones salariales, debido a que el menor nivel de actividad que se estima para el resto del año (-1,1%) moderará, al menos parcialmente, la suba de precios.
Asimismo, debe destacarse que el panorama del mercado de trabajo no sólo muestra una contracción en el plano salarial, sino que la merma en el nivel de actividad se traduce en un menor dinamismo del empleo. Si bien aun no hay despidos masivos, si se observa que algunos sectores, principalmente el automotriz, comenzaron con las suspensiones y el pago del 60% de los haberes del personal suspendido. Así la demanda laboral acumula una caída del 6% en lo que va del año, mientras que comparado con marzo del año anterior y se observa una mayor disminución del 10,6% interanual.
En este escenario, el menor dinamismo del mercado de trabajo y el impacto de la inflación sobre los ingresos asestarán un duro golpe al consumo. De esta forma, 2014 marcará el fin del “boom” del consumo, un hito del modelo kirchnerista.
Este artículo fue escrito en colaboración con Mariano Carpineti