Una Argentina de ficción no podría habernos entregado capítulos tan asombrosos y estremecedores como los que vivimos en las últimas semanas. Al mundo paralelo de Macondo, imaginado por Gabriel García Márquez para retratar una Colombia signada por la miseria, la violencia y la corrupción, le hubieran faltado muchos elementos para acercarse a nuestra Argentina real. El 1984 ideado por George Orwell para ilustrar las prácticas nefastas del totalitarismo y alertar sobre sus consecuencias parece un cuento inocente frente al accionar del Estado nacional ante los hechos de las últimas semanas.
Las inundaciones, que develaron la falta de planificación y gestión del Gobierno bonaerense, fueron presentadas como catástrofes naturales cuyas consecuencias son imprevisibles e inevitables. Mientras se reclamaban medidas urgentes que permitan paliar el sufrimiento de los afectados por el temporal, se comprobaba que la provincia había subejecutado en un 60 % las partidas presupuestarias destinadas a mitigar los efectos de las inundaciones. A su vez, el gobernador de la provincia de Buenos Aires y candidato a presidente por el Frente para la Victoria (FPV) se embarcaba rumbo a Italia junto a su mujer, la embajadora de la sonrisa. La respuesta del Gobierno nacional frente a estos hechos fue atacar a la oposición, acusándola de orquestar la difamación de Daniel Scioli a través de un “ejército de twitteros”. Continuar leyendo