Cuando hace un mes y medio la Cámara Federal desestimó el pedido de sobreseimiento que había presentado Amado Boudou, solicité públicamente que el vicepresidente tomara licencia y se apartase de sus responsabilidades institucionales hasta tanto resolviera su situación judicial.
Luego, hace poco más de un mes, con el llamado a indagatoria insistimos en el pedido con un argumento más, la causa avanzaba, el vicepresidente lucía comprometido y el Gobierno hacía oídos sordos.
Hoy, no hay tiempo para dilaciones. No lo necesita el vicepresidente, lo necesita el país: Boudou debe tomar licencia y lo debe hacer de manera urgente para priorizar la salud de las instituciones de la República.