Esto no presagia nada bueno

Durante diez años las políticas oficiales hicieron que el país dejara pasar, con más pena que gloria, la década más prodigiosa en la historia económica argentina; ahora, echan de la peor manera, con reto público incluido, a la última reserva de racionalidad que quedaba en la conducción económica. Y, en estos días, en el Congreso, el Gobierno se ocupa de imponer a la fuerza una ley de hidrocarburos que entrega sin muchos reparos y con pocos beneficios, la explotación de Vaca Muerta.

La salida de Juan Carlos Fábrega del Banco Central no presagia nada bueno. Su renuncia, tras el discurso de la Presidenta ayer, sólo puede traer una profundización de las políticas que han creado el monstruo de tres cabezas que hoy paraliza el país: inflación, recesión y desempleo.

En tiempos en que la economía demanda confianza, el Gobierno le dará amenazas y en momentos donde hace falta previsibilidad, florecerán las arbitrariedades. Continuar leyendo