Se estrenó la séptima y la tan esperada entrega de Star Wars, definitivamente (que me perdonen los trekkies) la saga galáctica más popular de todos los tiempos. Vaya si es exitosa la marca y vaya si los ejecutivos de branding de Disney (que compró Lucasfilm en 2012) tienen pocos escrúpulos que existe un repertorio ridículo de productos promocionados con sables láser. Más allá de los juguetes, los utensilios de cocina o las prendas de vestir, hoy en día se comercializa cualquier cosa con el sello vendedor. Hay desde cintas de embalar, afeitadoras y curitas hasta naranjas, uvas y manzanas. Por lo visto se trata de un fenómeno global dentro de la llamada cultura pop y todos quieren ser parte de la fiesta. Tal es así que por nuestra cuenta, los analistas y los politólogos también queremos estar presentes en la movida. Prueba de ello, a la espera del estreno de The Force Awakens, se han publicado algunos artículos que discuten, revisan y cuestionan la moralidad y la relevancia política de esta guerra de las galaxias.
A razón de la coyuntura real que está ocurriendo en la Tierra y visto que el yihadismo está en boca de todos, los comentaristas se han volcado a los medios para plantear analogías entre rebeldes y terroristas que, por lo pronto, se hacen interesantes. En efecto, en estas últimas semanas se ha dado una suerte de revisionismo moral sobre Star Wars, principalmente sobre la trilogía original (episodios IV, V, VI). Aparecieron artículos que básicamente arguyen que la Alianza Rebelde es una entidad compuesta por desadaptados y fanáticos religiosos (los jedi) que buscan, a la usanza terrorista, desestabilizar en pos de una causa radical y maximalista. Es decir, los agentes del Imperio Galáctico, si bien no son caritativos, serían más “buenos” que los rebeldes o, mejor dicho, más convenientes. Esta es una interpretación poco ortodoxa que le podría arruinar los héroes de la niñez a más de uno. Sin embargo, por lo menos entre los fans es evidente que la idea de pensar a Luke como un terrorista es atractiva, pues añade complejidad y sustancia a la trama. Continuar leyendo