Luces y sombras de la comunicación oficial

Lejos de querer analizar el alcance real de los logros y fracasos que podrían determinar si estos años fueron para festejar o entristecerse, la Década Ganada, en tanto concepto creativo, es frágil y definitivamente no se encuentra entre los aciertos de la política de comunicación del Gobierno nacional En este caso, como propuesta, el kirchnerismo intenta diferenciarse de otras décadas señalando a su gestión como victoriosa frente una década perdida pero sin lograr ser especifico a qué otra década se refiere.

Además, el concepto creativo de Década Ganada no admite la posibilidad de derrotas parciales ni empates, como tampoco mejoras progresivas o balances de tipo positivo/negativo. No genera espacio para la discusión y se transforma en una fiel representación de un planteo exitista que asocia de manera automática perder con fracasar. Con esta construcción, la década fue ganada en su totalidad y no hubo derrotas. Así, el kirchnerismo sólo puede persuadir o interpelar a sus seguidores o prodestinatarios.

Al mismo tiempo, la síntesis que lograron los creativos es débil porque invita a la crítica fácil y, en consecuencia, permite que se puedan minimizar los logros del Gobierno. Cualquiera, sin importar clivaje, pone fácilmente en crisis el concepto. Una sola persona tirada en la calle y sin trabajo invita a que un transeúnte se pregunte en dónde esta la década ganada o que algún periodista, ante el crecimiento económico de algún funcionario, señale que la década, en lugar de haber sido ganada para todos, solo fue para los políticos.

Todo lo contrario sucede con el programa/producto Precios cuidados. Con este concepto no quedan dudas que hay una acción concreta del Gobierno en favor del ciudadano. Y, más allá de si el programa sirve como medida para combatir la inflación, el metamensaje es que el Gobierno protege al ciudadano del empresario que le quiere aumentar los precios. 

También, el Gobierno reforzó la idea con campañas agresivas de difusión oficial y mediante publicidades negativas. Con ambas herramientas lograron demonizar a los dueños de las compañias. Las propagandas, que se pueden visualizar por los medios estatales e incluso socializadas por la presidente, Cristina Fernandez de Kirchner, definen al empresario como “vivos que aumentan los precios”.

Al mismo tiempo, la agrupación kirchnerista Unidos y Organizados se encargó de realizar las publicidades negativas mediante escraches contra los propios CEO y dueños de empresas. Fue en febrero pasado que el centro de la Capital Federal se empapeló con miles de afiches con los nombres, apellidos y fotos de los empresarios acusándolos de “robar el sueldo a clientes y consumidores a través de los aumentos en las góndolas”.

De alguna manera, la lógica del concepto de Precios Cuidados logra una mayor aceptación, incluso en los que no son partidarios del kirchnerismo (léase indecisos y/o paradestinatario), porque se enmarca en lo que se ha denominado relato k. Más allá de cualquier crítica, al Gobierno le ha funcionado la construcción permanente de un relato para definir un otro/enemigo claramente identificable: el menemismo, el duhaldismo, el FMI,Clarin, el campo, entre otros.

En el caso de Década ganada ese otro es difuso ya que como mínimo se puede posicionar a la década k en contraposición a dos periodos: la denominada década perdida que se empleó para describir las crisis económicas, no solo de argentina, sino de toda América Latina durante la década de 1980. y, por otro lado, en contraposición a los años “perdidos” del menemismo.