Durante los últimos años nuestro país ha sufrido un número importante de catástrofes naturales, pasando por momentos extremos como las inundaciones de abril en La Plata, hasta los últimos incendios en Córdoba. El denominador común: muchos argentinos con ganas de ayudar sin saber cómo canalizar su buena voluntad individual.
En situaciones de crisis cuando la gente se vuelca masivamente a ayudar al prójimo, hay una variable que es determinante: la geolocalización. La ubicación precisa acerca de dónde está sucediendo algo o en qué puntos están disponibles determinados recursos es fundamental porque le da agilidad y optimización a cualquier gestión: dos puntos sustanciales en momentos de crisis. Cuando la gente sabe exactamente cómo colaborar y dónde hacerlo en función de su zona geográfica, el poder de la ayuda se multiplica.