Cada 31 horas en nuestro país se suman nuevos nombres de mujeres sometidas, humilladas, maltratadas y muertas.
#NiUnaMenos es un grito de indignación frente a las violencias de género y las políticas para su prevención, sanción y erradicación. Es un llamado de alarma a una sociedad que parece haberse acostumbrado al femicidio: cientos de mujeres desechadas en bolsas de basura, incineradas y hasta enterradas vivas en un descampado.
En el día de hoy marcharé junto a la “Red de Hombres por la Igualdad” porque estoy convencido de que, como varones, debemos alzar la voz para cuestionar nuestras conductas diarias. Es nuestro compromiso contribuir a una toma de conciencia que deje de culpar a las víctimas, que rechace y repudie cualquier tipo de violación a los derechos de las mujeres.
Las violencias son las expresiones más contundentes de desigualdad. En este sentido, es necesario comprender que resultan de contextos sociales injustos y no de una batalla donde hay buenos y malos. Juntos debemos revisar nuestros juicios y reinterpretar nuestras actitudes.
Periodistas, artistas, escritores y políticos, entre otros, estaremos unidos demandando al Estado políticas articuladas e integrales para detectar y eliminar este flagelo. Por un lado, se requieren estadísticas oficiales que se constituyan en indicadores concretos, y por otro, recursos para diseñarlas, implementarlas y monitorearlas.
Se trata de un asunto público que nos involucra a todos como sociedad. En busca del trato igualitario para las mujeres, la deslegitimación de la violencia contra ellas, la remoción de patrones culturales y el acceso a la justicia, es que miles de personas se concentrarán frente al Congreso.
#NiUnaMenos tiene una sola bandera: desterrar la impunidad, el silencio y la indiferencia con los que la sociedad y el sistema judicial enfrentan los crímenes de mujeres.