La dictadura militar cubana no deja de sorprender con sus iniciativas regionales e internacionales, amparada en una vergonzosa impunidad y desmemoria. Ahora, durante la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), que reunirá los días 28 y 29 de enero en La Habana a jefes de Estado y representantes de los 33 miembros de ese organismo, el gobierno antidemocrático de Raúl Castro impulsa declarar América Latina “zona de paz”.
Seguramente, esta propuesta del régimen de partido único de Cuba no irá acompañada de una apertura política de pacificación interna que elimine todas las restricciones legales al ejercicio de los derechos humanos, como el de asociación, reunión y expresión, y una convocatoria a elecciones libres/multipartidarias que le permitan a los ciudadanos de la más grande de las Antillas contar con autoridades legítimas.
De la misma manera, la revolución cubana –siempre víctima de todo y nunca culpable de nada- no incluirá en esta propuesta un pedido de perdón por haber entrenado en su territorio a jóvenes latinoamericanos en prácticas guerrilleras, contribuyendo así a regar de sangre la región. Esta historia es muy reciente y la impunidad del régimen militar cubano por su responsabilidad en la promoción de la violencia política demuestra lo lejos que está América Latina de la memoria, la verdad y la justicia.