El 17 de octubre sería la fecha límite para elevar el “techo de la deuda” americana. Como todo estado, Estados Unidos necesita financiarse, por lo que recurre a los mercados para tomar deuda. El problema que se presenta en esta fecha no es de la misma gravedad que el shutdown del gobierno por la no aprobación del presupuesto nacional. Es mucho peor.
Si Estados Unidos no eleva el debt ceiling, caerá en default por primera vez en su historia. La Primera Guerra Mundial, crisis del 30, Segunda Guerra Mundial, entre otras, forman parte de esa historia. Sus consecuencias son impredecibles aunque catastróficas. Si la quiebra de Lehman Brothers, un gran banco de inversión, sacudió y provoco un paro cardíaco en las finanzas mundiales, el default americano sería muchísimo peor, en términos simples: game over.