Acto en el Jardín de Infantes. Las mamás, cámaras en mano, se deshacen en sonrisas y elogios. La seño de música hace sonar un triángulo, que reverbera en esa conjunción de lo viejo y lo nuevo que convive dentro de nuestras escuelas del siglo XXI. Silencio.
Ingresa un niño con la carita tiznada. El corcho quemado sobrevive victorioso, junto al sonido del triángulo. Una niñita acompaña al pretendido negro. Es la Negra Simona. En instantes, inevitablemente, recibirá una sonora cachetada. Continuar leyendo