Aún sin considerar eventuales oscuras intenciones ligadas a la corrupción monetaria y al deseo del eterno mantenimiento en el poder podemos pensar que la intención del populismo en todas sus formas es que “los pobres deben pasarla bien”.
Para ello diseñan políticas públicas por las cuales transfieren recursos hacia el gasto destinado a hacer más placentera la vida de los sectores más desposeídos.
Dichos programas se observan en todas las administraciones y son propuestos por todos los candidatos sin excepción. Continuar leyendo