Es apresurado, lo sé. Establecer hoy un mapa electoral para las próximas presidenciales, dentro de dos años, en un país como la Argentina, puede transformarse en un boomerang y en unos meses nomás, alguien puede recordarme este artículo con aire burlón y acompañado por un “no pegaste una”. Pero los actores se van delineando y la prospectiva es un juego intelectual interesante. Difícilmente alguien se imagine la elección 2015 sin un candidato de arraigo claramente peronista y utilizando la estructura jurídica del Partido Justicialista. Justamente, ayer volvió a reunirse su conducción y hubo algunas líneas que comenzaron a observarse.
Por ejemplo, y en relación a Sergio Massa y su Frente Renovador, el senador Aníbal Fernández espetó: “Es un grupo de rufianes que traicionó a los trabajadores… El mas hijo de p… del peronismo es inmensamente mejor que cualquiera de esa lista”. Contundente y propio del senador, ex duhaldista y ex menemista. Con su apoyo irrestricto a las candidaturas del Frente para la Victoria, el gobernador bonaerense Daniel Scioli hizo una apuesta definitiva. No por lealtad ni por convicción.