A juzgar por las cifras recientes divulgadas por el Departamento de Trabajo sobre salarios e ingresos, no hubo muchas razones para celebrar el Día del Trabajo en Estados Unidos. Ajustado por la actual muy baja tasa de inflación de menos de 2 por ciento, el salario por hora de un trabajador no empleado en el gobierno, en actividades que no sean de supervisión, ha declinado 0,9 por ciento, desde el fin de la recesión en junio de 2009.
No obstante, hay diferencias por sectores de actividad económica y por grupos de ingreso. Por ejemplo, desde 2009, el salario por hora ha aumentado 0,9 por ciento en los sectores de educación y salud. Pero los trabajadores empleados en las industrias de entretenimiento como los restaurantes, de importancia para los hispanos, han visto sus salarios disminuir en 2,7 por ciento. Los salarios por hora en la manufactura también han disminuido 3,1 por ciento. El Wall Street Journal describió cómo la restructuración de la industria automovilística ha conducido a la contratación de nuevos trabajadores por la mitad de lo que ganaban los viejos.
Hay también diferencias en los salarios por niveles de ingreso. El presidente Barack Obama en un discurso pronunciado en julio en el Knox College de Galesburg, Illinois, describió como las ganancias en los ingresos durante la última década se han concentrado en el 1 por ciento más alto. El presidente Obama dijo que un ejecutivo principal promedio “ha obtenido un aumento de casi 40 por ciento desde 2009.” Mientras que el trabajador promedio “gana menos de lo que él o ella ganaban en 1999.”