Muchos catalogan al bambú como una maravilla de la naturaleza. Otros, más místicos, aseguran que es un regalo divino y que en su interior guarda la espiritualidad del ser supremo. El bambú se ha ganado ambas definiciones, porque es una planta útil y de profundo contenido espiritual.
Una leyenda asiática narra que un joven agricultor siembra semillas de bambú, las riega y cuida con esmero, pero a los seis meses se aburre y deja de hacerlo. No se explica por qué no florecen. Siete años después, ve brotar los troncos verdes y redondos. Su elevación es tan rápida que el campesino, ya no tan joven, afirma que puede hasta verlos crecer.
Le dice a su padre que los tallos han logrado alcanzar seis metros en apenas un mes. El viejo campesino le responde: “No es así. Los tallos, para alcanzar seis metros, han esperado siete años”.
En eso radica la sabiduría del bambú. Durante siete años se prepara para convertirse en la planta de más rápido crecimiento del reino vegetal. En siete años acondiciona sus raíces, crece internamente y, cuando se siente listo, emana, se eleva y nada puede detenerlo.
Hoy comparto cinco virtudes del bambú que todos debemos imitar para ascender a los niveles más altos de la vida. Continuar leyendo