Amarse a sí mismo no es una manifestación banal de narcisismo, sino una necesidad del ser humano. Hay quienes dicen que es imposible evitarlo, sobre todo cuando la existencia transcurre en medio de condiciones psíquicas estables.
A pesar de estos puntos de vista, algunos son incapaces de amarse. No porque les importe poco su existencia material, sino porque no comprenden el significado de del concepto. Amarse a sí mismo es dar al cuerpo, a la mente y al espíritu lo que reclaman y merecen.
Según Osho, “la naturaleza se encarga de muchas acciones vitales del cuerpo”, pero es injusto dejarla sola en tal empeño. No se equivoca el gran pensador indio: abandonar a la naturaleza en las funciones esenciales que redime nos convierte en seres débiles y desagradecidos. Y un ser así no resiste los embates de la vida, porque no conoce el amor por sí mismo, ni por los demás.
Autoamarse es saber escuchar al cuerpo, obedecerlo, consentirlo, brindarle la atención que merece y ponerlo en línea con la mente para lograr el equilibrio ineludible. Cuando el cuerpo y la mente entran en línea, cuando trabajan en conjunto y se apoyan mutuamente, el espíritu se fortalece. Continuar leyendo