Decía el escritor ruso León Tolstoi: “Mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y no deseo con exceso lo que no tengo”. Vivo convencido de que la felicidad ya radica en el mismo hecho de existir. ¡Sólo vivir es motivo para agradecer! Y es que la gratitud está directamente relacionada con la felicidad.
Llegar o no a la felicidad completa depende de muchas cosas. Desde el reconocimiento de los dones y las cualidades que nos ofrece la vida hasta nuestra actitud hacia el futuro y el aprendizaje del pasado, sin quedarnos estancados allí. Este es un tema que desarrollo en mi nuevo libro, El analfabeto emocional, que presentaré a principios de mayo en Buenos Aires.
Si preguntamos a un joven qué cualidades tiene una persona feliz, probablemente nos contestará que la riqueza y la fama son fundamentales para disfrutar una vida perfecta. “Ponemos más interés en hacer creer a los demás que somos felices que en tratar de serlo”, aseguraba el escritor François de La Rochefoucauld. ¡Qué ironía!
Un estudio de la Universidad de Harvard, desarrollado durante 75 años, sugiere algo completamente diferente. La investigación analizó a 724 personas, año tras año, para hablar sobre trabajo, vida, salud y familia. Unos sesenta encuestados iniciales continúan vivos y ahora sigue el análisis con los dos mil hijos de esas familias. Continuar leyendo