Sin fecha de caducidad

Yuichiro Miura es un ejemplo de vida. La cultura occidental nos lleva a pensar que cuando superamos los 80 años (a veces incluso antes), nuestras oportunidades y nuestras experiencias son limitadas. ¡Cuánto error! El japonés Yuichiro, precisamente con 80, consiguió llegar a la cima del Everest. Logró así entrar al Record Guinness, a pesar de una reciente operación de corazón y de una rotura de cadera pocos años antes. Como dice un proverbio chino: “Hay que subir la montaña como viejo para llegar como joven”.

Lo más trascendental no es que haya conseguido escalar la montaña más elevada del planeta, sino que a su bajada aseguró: “Soy el hombre más feliz del mundo”. La felicidad no es cosa de edades. La alegría se consigue cumpliendo las metas que nos vamos imponiendo en la vida.

Un estudio de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia, ha determinado que la felicidad en los seres humanos varía dependiendo de las edades. Según la investigación, la alegría comienza a descender a partir de los 20 años y vuelve a aumentar a los 65. Las preocupaciones se olvidan y podemos disfrutar de nuestros logros.

El único límite al que nos enfrentaremos, en el día a día, es la salud. Debemos mantener el equilibrio del cuerpo y la mente para potenciar nuestra vitalidad, manejar el estrés y mantener esa salud perfecta que practicamos con Deepak Chopra. Continuar leyendo

Vejez y plenitud

Gracias a los avances de la ciencia, el ser humano aumenta cada día sus expectativas de vida. Sin embargo, lo ideal no es llegar a una edad avanzada solo para permanecer más tiempo en la Tierra. Lo realmente importante y hermoso es intentar vivir muchísimos años a plenitud. Como reza un dicho: “Darle más vida a los años”.

Osho, el gran pensador indio, resalta el interés de la naturaleza por encargarse de numerosas funciones esenciales del cuerpo, entre ellas: los latidos del corazón, la respiración y la circulación de la sangre. Según Osho, son funciones que la naturaleza “teme ponerlas en manos de la voluntad humana”.

Igualmente, la madre natura se encarga del envejecimiento. No depende de nosotros, pero sí podemos transformar la manera en que nos añejamos.

En la medida en que acumulamos años, merman las facultades físicas y mentales; no obstante, esa no es razón para que disminuyan la mentalidad positiva y los deseos de vivir en plenitud. ¿Cómo lograrlo? Manteniendo la mente joven y alineada con el cuerpo, a pesar de la edad avanzada. Continuar leyendo